viernes, 3 de enero de 2014

"Ábrate, Sésamo"

Ábrete Sésamo

Costa Rica está a menos de un mes de decidir quienes estarán al frente de esta pequeño, pero maravilloso país que durante años ha sido ejemplo en el mundo, aunque a veces poco valoramos.

Anuncios vienen, anuncios van, vídeos aquí, allá. Que sí es comunista, que si comen niños, que sí populistas, que si centro, que si extremos, que si ven el pasado, que sí estamos en ruina. Las estadísticas relucen en todos los frentes, Marx, Smith, Kaynes pululan detrás de los argumentos. Esto es una tormenta en el desierto, una tormenta de arena que ya nos está molestando los ojos para ver claramente la mejor opción. Esto se está poniendo feo.

Y hablando de desiertos y de tormentas y de ese ambiente, me llega a mi cabeza ese famoso cuento de Alí Babá y los cuarenta ladrones (sin alusiones de ningún tipo, por favor). Parte de ese fascinante libro de las "Mil y Una Noches" (en nuestro casó serían de 1459 y una noche).

Aunque ciertamente la trama de esta historia es más trágica de lo que deseo mostrar aquí, hay tres elementos que quiero rescatar para explicar mi planteamiento. Primero, "la cueva", llena de tesoros incalculable que los 40 ladrones en sus fechorías guardan en ese lugar (otra vez, es mera conciencia, no me mal interpreten). Segundo, la astucia de Alí Babá de descubrir la existencia de "la cueva". Tercero, la palabra mágica "Ábrete, Sésamo".

Parece que en cada campaña política están esos tres elementos (otra vez, los ladrones no son uno de ellos, por si acaso): ese lugar maravilloso ("la  cueva") al que nos quiere llevar el candidato y su partido (Alí Babá); y la propuesta mágica (el "Ábrete, Sésamo) para entrar a ese maravilloso lugar de tesoros en donde encontraremos romper con la desigualdad, la pobreza, y en general salir del subdesarrollo.

Sin embargo, esto no será posible. Ni lejos de lograrlo. ¿Por qué soy tan categórico? Simple, porque en ninguna de las propuestas, en los "Ábrete, Sésamo", entiéndase planes de gobierno de los partidos políticos, se compromete, expresamente, la construcción colectiva de una "Visión - País", de un "Proyecto - País" producto de un "Pacto Social" que defina ese modelo de desarrollo que nos deje entrar en la cueva de los "40 ladrones" y nos apropiemos, nuevamente, de los tesoros que eran nuestros y que poco a poco hemos ido perdiendo (podía decir que nos han quitado, pero todos somos responsables de ello, en alguna medida).

En el mejor de los casos, los candidatos plantean la necesidad de abrir el diálogo, de acercarse a las fuerzas políticas (a su oposición), pero eso no es suficiente para sacar el país del hueco en el que está, de ese efecto barrena en el que hemos entrado.

La mayor ventaja competitiva que podemos tener como país es la clara definición de la "Visión de Futuro", no de un partido político, no, sino la definida por el Colectivo, por las fuerzas sociales (todas). Es más que un tema de gobernabilidad, es un tema de consenso interno sobre cómo pasar del país que somos al país que queremos ser. ¿Hacia dónde quiere dirigirse el país en los próximos decenios? 

En respuesta a esta pregunta hay mucha reflexión y propuestas en la palestra, pero no hemos logrado el "Ábrete, Sésamo" que funcionará cuando se haga a una sola voz. El tesoro está ahí, sabemos dónde.

El Pacto Social no es ya una opción. Para lograrlo se requiere liderazgo, liderazgos confiables que le devuelvan la esperanza a este Pueblo que está más que preocupado, está harto.

Todos debemos asumir nuestra parte. "Ábrete, Sésamo".

"Solos llegaremos más rápido, pero juntos llegaremos más lejos".