miércoles, 24 de julio de 2013

Sobre Crisytimo

Creo que en algunas oportunidades lo he comentado pero les cuento nuevamente: mi gallina se llama Cristina (le decimos Cris) y mi gallo se llama Timoteo (le decimos Timo). De la unión de ambos surge mi Nick: Crisytimo.
La idea de tener una cuenta con nombre “anónimo” (que por supuesto no es una cuenta fake) es poder expresar abiertamente mi opinión sobre diversos temas, libremente, sin mantener las apariencias que mi profesión requiere. Desde el inicio he tenido la mentalidad de que agregar #ANLI a mis tweets era redundancia, ya que es para mi un espacio de desahogo, de poder decir lo que pienso y creo, y de sobra sé que probablemente a nadie le va a importar. Mi sorpresa fue encontrarme gente a la que sí les interesaba y con las que he creado un bonito espacio para compartir e intercambiar experiencias, anécdotas, opiniones, bromas, etc.
En el mundo tuiter he encontrado de todo: gente maravillosa y gente no tan “bien de la cabeza”. Y con quienes he armado una red de intercambio de experiencias, donde nos acompañamos genuinamente en nuestras experiencias (positivas y no tan buenas) del día a día. Cuando estuve en el hospital en febrero, los mensajes de muchos, muchos de uds, me animaban y me reconfortaban. Me acompañaron en la espera de mi tercer bebé, casi estuvieron conmigo en la sala de operaciones, y la han visto crecer. He podido compartir con uds también  las llegadas de sus hijos, sus cambios de empleo, viajes que han hecho, vacaciones que se han tomado y hasta hemos comentado de programas de televisión que hemos visto. Me he “tirado” varias #polémicasenredes viendo los toros desde la barrera, y he sentido sus pérdidas como cercanas.
De las experiencias comunes de un grupo de tuiteros nació el #teamabuelos, de los que somos más caseros, menos fiesteros, más de ver tele y menos de tirarnos en paracaídas, más de usar “sueta” y menos de deportes extremos.
Y en todo este tiempo, siempre han sabido respetar que soy “Crisytimo”, aunque ese no sea claro mi nombre. Sobre ese respeto, se construye todo. Hay un pequeño grupo de tuiteros, muy bien seleccionado que sí sabe mi nombre “real”. Algunos incluso se han sorprendido de que “yo sea yo”. Pero no quiero, por mi profesión y mis clientes, compartirlo abiertamente. Gracias por respetar eso.
PostData: Si ud no está de acuerdo con esto, y en algo le molesta, le recomiendo ahorrarse el enojo , no quisiera ser yo un motivo de molestia en su vida, lo invito cordialmente a la opción de dejar de seguirme e incluso si gusta me puede bloquear.

1 comentario:

  1. Es inevitable que, al interactuar con otros, encontremos afines y no afines; Twitter no es la excepción, de ahí los grupos que hemos creado. Es agradable encontrar personas con intereses similares, y con quienes se puede conversar educadamente.
    Como hemos hablado: cada uno es rey de su Twitter, lo cual permite imponer condiciones para la interacción. Una de ellas puede ser el uso de un seudónimo para la cuenta.
    Cualesquiera que sean las condiciones, deben hacerse valer; se toman o se dejan. El único poder del seguidor es seguir siguiendo, o dejar de seguir.
    Es mandato para cada quién, hacer valer sus reales condiciones, en su reino cibernético.

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